No en realidad nunca pensé que iba a tener que descargarme o escribir sobre esto. Soy de las que creen firmemente que: "las segundas oportunidades no sirven, la gente nunca cambia".
Ayer fue un día demasiado extraño, 25 de marzo. Llovió por la mañana, salió el sol por la tarde, llovió por la noche, dejó de llover y bajo la temperatura. El clima tiene problemitas.
En el lapso mañanero, hice mi habitual recorrido a la facultad, fui a cada aula a cursar las respectivas materias. Cuando empezó el día en el transporte público y las respectivas paradas para tomarme otro colectivo, me cuide del chaparrón lo más que pude, porque me gusta mojarme pero, en determinadas ocasiones. Finalmente, llegué a la casa de estudios tan familiar para mí. Las últimas horas sólo deseaba volver a casa. Así lo hice, me dirigí en una charla con poco sentido con una conocida hacia la parada del colectivo; y de repente ahí estabas... cruzaste, me miraste desprevenido, te mire atentamente y después te solté como ya lo hice una vez.
No te conformaste y buscaste alguna excusa no creíble para volverme a hablar, te dirigiste a mi, me saludaste, en segundos pusiste miles de motivos por los cuales venías a saludarme, uno menos creíble que otro, supiste ponerme en una situación totalmente incómoda. Me quedé perpleja, no podía entender cómo te deje acercarte y escucharte con lo mucho que me hiciste sufrir.
No sé, ahora lo pienso... una canción o un astrólogo diría que se alinearon los planetas, otros dirían que fue casualidad, otros causalidad, otros que es "el destino" sólo sé que estabas ahí en ese preciso instante y por alguna razón que desconozco, te acercaste y me hablaste.
Entre este año y el anterior y estoy rebalsada de emociones fuertes.
¿Por qué el dolor es indomable? ¿Es imposible olvidarte?
Un "tenemos que hablar" se reiteró durante toda la charla: ¿para qué? No me quisiste lo suficiente, ¿no es mejor dejar todo como esta? No quiero soñarte, no quiero pensar en vos, quiero todo se termine de una buena vez, pero no sé cómo.
Sé que no te da la cara para mandarme el inbox (que me pediste autorización para mandarmelo) y en parte me tranquiliza, si lo mandaras, me atormenta el pensar que la historia pueda volver a repetirse.
Me niego a que se enciendan esos sentimientos tan fuertes e incondicionales que alguna vez tuve por vos.
¿Por qué? Podrías haberme visto y dejarme ir, como yo lo hice hace años.
Si en verdad sentías o sentiste algo por mí... ¿por qué no me lo hiciste saber? ¿Por qué me dejaste ir? ¿Por qué me hacías un lado cuando me tenías a tus pies?
¿Por qué ? ¿Por qué insistís en destrozar lo poco que queda de mi?
Quisiera encontrar menos dudas y más respuestas, es todo.
Creí que este tipo de situaciones solo pasaba en las películas o en las novelas, pero me tocó a mí, y lamentablemente, la cabeza me va a estallar.
Ayer fue un día demasiado extraño, 25 de marzo. Llovió por la mañana, salió el sol por la tarde, llovió por la noche, dejó de llover y bajo la temperatura. El clima tiene problemitas.
En el lapso mañanero, hice mi habitual recorrido a la facultad, fui a cada aula a cursar las respectivas materias. Cuando empezó el día en el transporte público y las respectivas paradas para tomarme otro colectivo, me cuide del chaparrón lo más que pude, porque me gusta mojarme pero, en determinadas ocasiones. Finalmente, llegué a la casa de estudios tan familiar para mí. Las últimas horas sólo deseaba volver a casa. Así lo hice, me dirigí en una charla con poco sentido con una conocida hacia la parada del colectivo; y de repente ahí estabas... cruzaste, me miraste desprevenido, te mire atentamente y después te solté como ya lo hice una vez.
No te conformaste y buscaste alguna excusa no creíble para volverme a hablar, te dirigiste a mi, me saludaste, en segundos pusiste miles de motivos por los cuales venías a saludarme, uno menos creíble que otro, supiste ponerme en una situación totalmente incómoda. Me quedé perpleja, no podía entender cómo te deje acercarte y escucharte con lo mucho que me hiciste sufrir.
No sé, ahora lo pienso... una canción o un astrólogo diría que se alinearon los planetas, otros dirían que fue casualidad, otros causalidad, otros que es "el destino" sólo sé que estabas ahí en ese preciso instante y por alguna razón que desconozco, te acercaste y me hablaste.
Entre este año y el anterior y estoy rebalsada de emociones fuertes.
¿Por qué el dolor es indomable? ¿Es imposible olvidarte?
Un "tenemos que hablar" se reiteró durante toda la charla: ¿para qué? No me quisiste lo suficiente, ¿no es mejor dejar todo como esta? No quiero soñarte, no quiero pensar en vos, quiero todo se termine de una buena vez, pero no sé cómo.
Sé que no te da la cara para mandarme el inbox (que me pediste autorización para mandarmelo) y en parte me tranquiliza, si lo mandaras, me atormenta el pensar que la historia pueda volver a repetirse.
Me niego a que se enciendan esos sentimientos tan fuertes e incondicionales que alguna vez tuve por vos.
¿Por qué? Podrías haberme visto y dejarme ir, como yo lo hice hace años.
Si en verdad sentías o sentiste algo por mí... ¿por qué no me lo hiciste saber? ¿Por qué me dejaste ir? ¿Por qué me hacías un lado cuando me tenías a tus pies?
¿Por qué ? ¿Por qué insistís en destrozar lo poco que queda de mi?
Quisiera encontrar menos dudas y más respuestas, es todo.
Creí que este tipo de situaciones solo pasaba en las películas o en las novelas, pero me tocó a mí, y lamentablemente, la cabeza me va a estallar.
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