Marzo es un mes enigmático. Más de la mitad de los días son de verano y los pocos restantes del otoño.
Sí, ese que trae el viento y las hojas marchitas, ese que tanto agrada a los pulmones y a los fanáticos del invierno. Marzo se lleva el verano y ¿por qué no? también los amores pasajeros.
Son meses sin escribir algunas palabras teniendo tantas en mente... tantas historias, tantas anecdotas que sólo se van a convertir en una sola plasmada aquí. Donde nacen las historias y convergen los sucesos.
Marzo es para algunos el comienzo del año, el momento en el que todo el sistema burocrático, administrativo se reactiva, y es cierto.
Las escuelas reabren sus puertas para aquellos que promovieron o repitieron el año, las universidades también abiertas desde febrero inician algunas sus actividades, otras esperan hasta abril.
El verano y el ocio se alejan, la rutina vuelve a sus vidas.
Y así fue como él se fue de su vida, se fue antes, antes de que empezara a rondar la magia del otoño. Esa magia que borra todas las heridas. Se fue porque no era para ella. Se fue porque ella no era para él. Se fue porque es orgullosa pero también porque posee dignidad.
Se fue porque espera a alguien mejor. Se fue porque siempre estuvo segura de sí misma. Se fue sólo para refregarle lo que se perdió, se pierde, se perderá. Se fue porque hay miles de personas ahí esperando por conocerla o por conocerlo. Se fue porque se cansó de insistir. Se fue porque se merece a alguien mejor.Y así terminaban las historias... ya lo dijo "el cantante" - todo lo que termina, termina mal.
El punto es la superación, -autosuperación- encontrar en uno mismo las respuestas. Dejar ir, reconocer que a veces no somos lo que el otro espera; puede que seamos lo que alguien espera, pero ese alguien es otro que no coincide con "el otro" con el que estamos momentaneamente obsesionados.
El tiempo pone todo en su lugar y siempre está ese "otro" con el que coincidimos y dejamos de dudar.
La clave es la paciencia y por supuesto, la supervivencia.
Sí, ese que trae el viento y las hojas marchitas, ese que tanto agrada a los pulmones y a los fanáticos del invierno. Marzo se lleva el verano y ¿por qué no? también los amores pasajeros.
Son meses sin escribir algunas palabras teniendo tantas en mente... tantas historias, tantas anecdotas que sólo se van a convertir en una sola plasmada aquí. Donde nacen las historias y convergen los sucesos.
Marzo es para algunos el comienzo del año, el momento en el que todo el sistema burocrático, administrativo se reactiva, y es cierto.
Las escuelas reabren sus puertas para aquellos que promovieron o repitieron el año, las universidades también abiertas desde febrero inician algunas sus actividades, otras esperan hasta abril.
El verano y el ocio se alejan, la rutina vuelve a sus vidas.
Y así fue como él se fue de su vida, se fue antes, antes de que empezara a rondar la magia del otoño. Esa magia que borra todas las heridas. Se fue porque no era para ella. Se fue porque ella no era para él. Se fue porque es orgullosa pero también porque posee dignidad.
Se fue porque espera a alguien mejor. Se fue porque siempre estuvo segura de sí misma. Se fue sólo para refregarle lo que se perdió, se pierde, se perderá. Se fue porque hay miles de personas ahí esperando por conocerla o por conocerlo. Se fue porque se cansó de insistir. Se fue porque se merece a alguien mejor.Y así terminaban las historias... ya lo dijo "el cantante" - todo lo que termina, termina mal.
El punto es la superación, -autosuperación- encontrar en uno mismo las respuestas. Dejar ir, reconocer que a veces no somos lo que el otro espera; puede que seamos lo que alguien espera, pero ese alguien es otro que no coincide con "el otro" con el que estamos momentaneamente obsesionados.
El tiempo pone todo en su lugar y siempre está ese "otro" con el que coincidimos y dejamos de dudar.
La clave es la paciencia y por supuesto, la supervivencia.
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