Erase el mes de enero de 2014, el calor se había apoderado de las gentes. "Hace calor" era la frase célebre entre la multitud. Se escapa de su realidad y se transporta miles de kilómetros a un mundo distinto, el desértico sur.
-Conocer el mar. Ese que es más azul que el cielo; duerme poco durante ese recorrido, es que ese pastizal amarillento la transporta a lo desconocido. No siente las piernas luego de tantas horas sentada, la espera valió la pena.
Así, es como conoce el calor sureño, un tanto seco, distinto al de su provincia natal, conoce la escasa lluvia, conoce el frío. A él lo describe como "crudo" a comparación del frío templado de su lugar de origen. Y lo llama así porque conoció el viento. El viento, es de esos que soplan tan fuerte que asustan; un viento "polar", de invierno; recuerda ese día -el frío en pleno verano.
Esos mismos días en la gran ciudad el calor es insoportable para la especie, mientras ella en alguna casa en aquella ciudad sureña, pasa la noche con dos frazadas. La gente del lugar no siente el frío.
Con el paso de los días, vuelve el calor. (De más esta aclarar que en el hemisferio sur en enero es verano). Esta temperatura es suficiente para que pueda entrar al mar, después de tantos días de espera. La ciudad en la provincia de Chubut genera en ella ganas de volver.
Al día siguiente, tiene la oportunidad de entrar al mar, el mismo, en la provincia de Río Negro, en
un balneario conocido para muchos. La principal diferencia es la corriente, el de Chubut posee la corriente de Malvinas, sí la de las islas y el mar de ese balneario posee corriente de Brasil. Sí, así funciona en la inmensidad geográfica.
Típica porteña corría un poco de viento en esas ciudades y ya tenía frío - falta de costumbre al parecer. Esos días que estuvo de viaje confirmó lo afortunada que era por haber nacido en la gran ciudad. A medida que más te alejas del centro, más tecnología y servicios faltan, le cuesta vivir con lo que falta, acostumbrada a vivir donde sobra. Sabe que siempre va a volver a su amada ciudad, sin embargo, sabe que siempre puede salir a contagiarse de la calidad humana de los pueblos y descansar de los problemas.
Este viaje fue lo mejor que le pudo haber pasado, así lo describe; por momentos se sintió sola pero es sola, este acontecimiento la enriqueció, le dio independencia y seguridad de sí misma.
-Encontré este fragmento que escribí en 2014.
-Conocer el mar. Ese que es más azul que el cielo; duerme poco durante ese recorrido, es que ese pastizal amarillento la transporta a lo desconocido. No siente las piernas luego de tantas horas sentada, la espera valió la pena.
Así, es como conoce el calor sureño, un tanto seco, distinto al de su provincia natal, conoce la escasa lluvia, conoce el frío. A él lo describe como "crudo" a comparación del frío templado de su lugar de origen. Y lo llama así porque conoció el viento. El viento, es de esos que soplan tan fuerte que asustan; un viento "polar", de invierno; recuerda ese día -el frío en pleno verano.
Esos mismos días en la gran ciudad el calor es insoportable para la especie, mientras ella en alguna casa en aquella ciudad sureña, pasa la noche con dos frazadas. La gente del lugar no siente el frío.
Con el paso de los días, vuelve el calor. (De más esta aclarar que en el hemisferio sur en enero es verano). Esta temperatura es suficiente para que pueda entrar al mar, después de tantos días de espera. La ciudad en la provincia de Chubut genera en ella ganas de volver.
Al día siguiente, tiene la oportunidad de entrar al mar, el mismo, en la provincia de Río Negro, en
un balneario conocido para muchos. La principal diferencia es la corriente, el de Chubut posee la corriente de Malvinas, sí la de las islas y el mar de ese balneario posee corriente de Brasil. Sí, así funciona en la inmensidad geográfica.
Típica porteña corría un poco de viento en esas ciudades y ya tenía frío - falta de costumbre al parecer. Esos días que estuvo de viaje confirmó lo afortunada que era por haber nacido en la gran ciudad. A medida que más te alejas del centro, más tecnología y servicios faltan, le cuesta vivir con lo que falta, acostumbrada a vivir donde sobra. Sabe que siempre va a volver a su amada ciudad, sin embargo, sabe que siempre puede salir a contagiarse de la calidad humana de los pueblos y descansar de los problemas.
Este viaje fue lo mejor que le pudo haber pasado, así lo describe; por momentos se sintió sola pero es sola, este acontecimiento la enriqueció, le dio independencia y seguridad de sí misma.
-Encontré este fragmento que escribí en 2014.
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