No me gusta el mar. El mar me genera tristeza si imagino un lugar triste pienso en el mar. Siento que está para llevarse lo malo pero nada más no tengo ni un buen recuerdo en el mar. El mar no se hizo para mí.
Hoy me levanté cantando "cuando dejaron el mar fueron capaces de volar..." Cuando dejaron el mar, tuvieron que irse del mar para ser. Así explicaría la vida después del mar solo hubo definiciones. Hoy leí que el amor es cualquier cosa menos miedo, siempre tuve miedo y desconfianza hoy desde otro lugar pienso: qué triste por eso dolía porque no era amor...
También se me cruzo una frase de Dario "Szeta" en la que dice que el amor no es lo que depositamos en el otro ni lo que necesitamos que el otro sea. El amor es otra cosa y vuelvo al mar en mi cabeza, sé que es un lugar al que no volvería al menos por mucho tiempo, es cierto que me relaja hundir los pies en la arena pero no me transmite la energía y la desazón que me provoca escalar una montaña.
En la montaña soy y si algo entendí en este proceso de profundización y autoconocimiento es que tenemos que ir hacia nosotros posiblemente nos crucemos con gente que comparte estas teorías, creencias, religiones ¿por qué no?
Ojalá algún día se me vaya este poco interés hacia el mar, supongo que creció con la ausencia de mar. De niña todos mis compañeros de colegio iban al mar. ¿Yo? A veces no nos alcanzaba para irnos de vacaciones o a veces preferíamos visitar a la abuela o a la tía que viven al norte del país. Así vencí los mareos y descomposturas lógicas de 16-18hs de viaje... Una parte del corazón habita el norte, ahi también soy.
Siempre voy a agradecerle a mis padres que me enseñaron a valorar entre poco y que al día de hoy siguen laburando para que no falte el pan en la mesa.
Quizás me estoy desviando pero quizás estoy explicando que cada uno tiene su propia historia y el mar no supo acompañarme y hoy no sé tampoco me sale hacerlo entrar en mi vida... Como algunas personas.
Si este es el camino de la aceptación vuelvo al principio no me gusta el mar, esto soy.
Hoy me levanté cantando "cuando dejaron el mar fueron capaces de volar..." Cuando dejaron el mar, tuvieron que irse del mar para ser. Así explicaría la vida después del mar solo hubo definiciones. Hoy leí que el amor es cualquier cosa menos miedo, siempre tuve miedo y desconfianza hoy desde otro lugar pienso: qué triste por eso dolía porque no era amor...
También se me cruzo una frase de Dario "Szeta" en la que dice que el amor no es lo que depositamos en el otro ni lo que necesitamos que el otro sea. El amor es otra cosa y vuelvo al mar en mi cabeza, sé que es un lugar al que no volvería al menos por mucho tiempo, es cierto que me relaja hundir los pies en la arena pero no me transmite la energía y la desazón que me provoca escalar una montaña.
En la montaña soy y si algo entendí en este proceso de profundización y autoconocimiento es que tenemos que ir hacia nosotros posiblemente nos crucemos con gente que comparte estas teorías, creencias, religiones ¿por qué no?
Ojalá algún día se me vaya este poco interés hacia el mar, supongo que creció con la ausencia de mar. De niña todos mis compañeros de colegio iban al mar. ¿Yo? A veces no nos alcanzaba para irnos de vacaciones o a veces preferíamos visitar a la abuela o a la tía que viven al norte del país. Así vencí los mareos y descomposturas lógicas de 16-18hs de viaje... Una parte del corazón habita el norte, ahi también soy.
Siempre voy a agradecerle a mis padres que me enseñaron a valorar entre poco y que al día de hoy siguen laburando para que no falte el pan en la mesa.
Quizás me estoy desviando pero quizás estoy explicando que cada uno tiene su propia historia y el mar no supo acompañarme y hoy no sé tampoco me sale hacerlo entrar en mi vida... Como algunas personas.
Si este es el camino de la aceptación vuelvo al principio no me gusta el mar, esto soy.
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