Desde la tristeza y desde pensar que las cosas a veces no funcionan por algo hoy escribo.
No puedo evitar sentir pero al menos, al menos me la jugué por lo que sentía. ¿Fue lo correcto? ¿Quién soy yo para juzgarlo?
Mi hermana me habla de temas que no me interesan y así me alejo de la tristeza y así entiendo que quizás todo este tiempo estuve forzando.
Es momento de mirarme, quererme y decirme: te mereces lo mejor. Y con una mano en el corazón esto no es lo mejor, has vivido algo mejor para saber qué es lo mejor.
Respira, relajate y pensa que te mereces todo lo bueno que te pasa, te mereces a tus amigos y amigas increíbles, te mereces a tu sobrina, tu gran amor, te mereces ese pasado increíble que solo vos conoces pero te conmueve hasta el llanto.
Te mereces sonreír un viernes por la noche, te mereces el abrazo más grande y te mereces a la mejor progenitora del mundo.
Te mereces que a pesar de los años te le aparezcas por los pensamientos aunque no sea capaz de escribirte aunque no vuelva a hacerlo y no vuelvas a verlo.
Pensa que te quedaste por siempre con él la última vez que pasaste tu mano por su rostro, pensá que el amor es corto pero el recuerdo es para siempre.
Pensá que en esta y en la próxima vida también lo ibas a conocer y su huella iba a quedar por siempre. No solo el, cada uno de ellos.
Pensá que has crecido muchísimo y lo seguirás haciendo y por nada del mundo te olvides que mañana vas a estar mejor y que has logrado objetivos impensables.
Permitite llorar y sanar. Así solo así reconocerás que la vida lo vale. Y por último agradece a quienes siguen con vos a pesar de todo.
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