Veintinueve.
Mientras comienza a transcurrir la madrugada sé que voy a despertar con un año más.
Ha sido un enero terrible. Sobre todo ese día que no pude respirar. Solo quería abrazar a mamá una vez más, solo quería ver a mi hermana, a mi sobrina, a papá y a vos mi buen amor.
Me caían las lágrimas y le rogué a mi cuerpo volver. Me dejó volver y quedaron algunas secuelas. Hace unos días me emocioné porque pude dar esos abrazos y sentirme llena. Soy afortunada porque están ustedes sin condición.
Mientras pienso en ella que está en una cama en un hospital seguro con ganas de volver a su tierra y no me olvido de que está conmigo y si es momento de que se vaya se quedará conmigo y será la razón para cumplir el objetivo.
Y si no se tiene que ir me estará acompañando físicamente a distancia pero feliz seguramente porque finalmente lo logré.
Y de cerca, espero, que estén ellos para abrazarme y celebrar conmigo algo que vengo buscando hace muchos años y a la vida tarde o temprano no le va a quedar otra que dármelo.
Por la persistencia que me invade, el entusiasmo, el amor, la avaricia y mi gran familia.
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