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El libriano

Érase un veintitrés de febrero. Si, febrero el sol estaba en Piscis y la luna no lo recuerdo.
Era verano todavía y yo andaba fascinada sacándole fotos a la luna. También intentaba llamar la atención de un Capricornio que para esa fecha ya supe que tenía dueña era otra acuariana, lo dejé ir en paz.
Así apareciste respondiste a mi manera de ver la luna. Solo seguiste una canción que colgué por ahí pero de repente sentí la mayor curiosidad del mundo. ¿Quién sos? ¿Por qué elegiste responder? ¿Hace tiempo te tenía en esta red social? ¿Cómo no te vi antes?

Y así de la nada te alabe unas fotografías que nunca había visto pero que me encantaron. Pensaba qué linda manera de ver la vida, ¿Por qué lo descubrí recién ahora?
Con el tiempo supe que también escribias, también dibujabas y también tocabas la guitarra. Si, todo un artista. Libre, lindo y loco. Libriano puro

Un fanático del orden y perfeccionista a más no poder.  ¿Cómo iba a poder alejarme de vos? Si sos lo más especial que se te puede cruzar en el camino.
Y no, no soy de sentirme así. Siempre supe que había algo en vos, que algo me ibas a enseñar.
Y si, me hubiese gustado seguir insistiendo y mostrarte que somos diferentes y que juntos hacemos buen equipo.
A veces soñaba despierta y me imaginaba que sacabamos fotos y compartíamos unos mates.  O que por fin mirábamos la luna y las estrellas.
Lo simple. Fue la primera vez que alguien más entendió que era lo único que importaba, que no se necesita mucho para ser feliz...
En todo este tiempo solo te dediqué mí tiempo que en un principio era limitado y ahora me sobra... Cosas de la vida.
Te quise hacer parte en todo momento y solo me deje llevar por una sensación... Quizás tendría que haberte preguntado más pero nunca quise presionarte, quizás tuve miedo de perderte.
En el fondo sé que nunca perdemos a quienes tienen que seguir en nuestra vida
No pierdo la esperanza, creo en el destino y en tus ojos color miel
Lo imposible... ¿Tarda un poco más?

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